La pandemia dejó una amplia población en situación de pobreza, siendo la principal consecuencia la falta de acceso a una alimentación balanceada. Los índices de pobreza extrema se elevaron, sobre todo, en los sectores más vulnerables del Perú.

Las zonas rurales como Cangallo (Ayacucho) y Quispicanchi (Cusco) enfrentan el abandono y el difícil acceso a alimentación digna. Especialmente por el incremento de población adulta mayor, cuya alimentación es una condicionante para el deterioro de su salud.

Por otro lado, la situación de Arequipa, Lima y Tacna es también crítica. La cantidad de personas sin hogar en las zonsa urbanas se incrementa, así como las oportunidades de un trabajo formal, por lo que los comedores requieren de una mejor implementación y equipamiento para continuar repartiendo raciones de comida.

Frente a esta problemática que impide a este sector contar con una alimentación digna, impulsamos 6 proyectos que buscan facilitar raciones de comida para ayudar a cubrir las necesidades calóricas diarias esenciales de la población vulnerable de Lima, Ayacucho, Cusco, Arequipa y Tacna. Estas acciones, además, incluyen iniciativas de acompañamiento emocional y espiritual, así como de campañas de salud, y formación en higiene y alimentación saludable.